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Departamento de RRHH

Baja por depresión: cómo se tramita, requisitos y duración

La depresión es la primera causa de incapacidad según la OMS y la razón por la que un gran número de  profesionales se ausenta cada año de su puesto de trabajo. ¿Cómo debe la empresa gestionar una baja por depresión?

 

A continuación explicamos cuál es el papel de la organización en esta situación y qué derechos y obligaciones recaen sobre el trabajador.

 

¿Qué es una baja por depresión?

 

La baja por depresión es un tipo de baja laboral que solicitan los trabajadores que sufren esta enfermedad mental y que se sienten incapacitados psicológicamente para realizar las actividades inherentes a su puesto y asumir sus responsabilidades.

 

Al igual que cualquier otra baja laboral, la tramitada por depresión debe estar aprobada y acreditada por un médico. No es obligatorio comunicar a la empresa los motivos, pero los más comunes suelen ser estrés, problemas familiares o personales, conflictos laborales o ansiedad.

 

La depresión es la enfermedad mental más prevalente en España, según la Sociedad Española de Psiquiatría y el Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que 2,1 millones de españoles la sufren.

 

 

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Requisitos para solicitar una baja laboral por depresión

 

Los requisitos esenciales para poder solicitar una baja por depresión son:

 

  • Estar dado de alta en la Seguridad Social. Si el trabajador es autónomo, deberá estar al corriente del pago de sus cotizaciones sociales.
  • Haber cotizado a la Seguridad Social un mínimo de 180 días en los cinco años anteriores. Aunque si el motivo de la baja es por problemas relacionados con su actividad laboral, no será relevante el período cotizado previamente.

 

Además, por supuesto, tendrá que acudir a un profesional médico que estudie los síntomas y determine clínicamente que, efectivamente, el trabajador padece depresión.

 

¿Se puede solicitar una baja por depresión en periodo de prueba o durante un contrato temporal?

 

El trabajador puede solicitar una baja por depresión en cualquier momento, sin importar el tipo de contrato que tenga o el momento en el que se encuentre su relación profesional con la empresa.

 

Si es importante saber que la legislación permite despedir al trabajador en cualquiera de estos dos casos, siempre y cuando se haya incluido una cláusula específica al respecto en el contrato.

 

Puede establecerse que, en caso de incapacidad temporal, el contrato se suspende hasta que el trabajador esté recuperado. O si el trabajador todavía está en período de prueba, la empresa puede comunicarle que no lo ha superado. 

 

El profesional podría recurrir y si consigue demostrar que la causa del despido ha sido la solicitud de una baja, podría determinarse que es un despido improcedente.

 

Tipos de baja laboral por depresión

 

Se considera que existen dos causas generales por las cuales un empleado puede solicitar una baja por depresión:

 

Baja por contingencias comunes

 

Cuando la depresión tiene su origen en motivos ajenos a la actividad laboral, se considera de contingencias comunes. Normalmente está relacionada con problemas personales o familiares como el fallecimiento de un ser querido o alguna enfermedad. En este caso, el médico acredita la depresión y el trabajador comienza a cobrar a partir del cuarto día de baja.

 

Baja por contingencias profesionales

 

Si el motivo de la depresión son problemas relacionados con su profesión o la empresa en la que el trabajador desarrolla su actividad, se considera una baja por contingencias profesionales. El estrés laboral, también conocido como ‘burnout’ en el ámbito de trabajo o el acoso son algunas de las causas tras el deterioro de la salud mental de los trabajadores. En este caso, la baja se gestiona a través de la mutua y será esta la que cubra los gastos desde el día siguiente al reconocimiento.

 

¿Cómo se tramita una baja por depresión?

 

Cuando al trabajador se le concede una baja médica, debe notificarlo a la empresa inmediatamente y hacerle llegar la documentación que le proporciona el médico.

 

Por su parte, el departamento de Recursos Humanos deberá registrar la ausencia en su sistema, archivar el parte y comunicar al Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) todos los partes médicos durante los tres días siguientes a su recepción.

 

El recurso más fácil y eficiente para gestionar todas las ausencias de los trabajadores, tanto por vacaciones como por incapacidades temporales, es utilizar un software de control de vacaciones y ausencias. Estos permiten asignar y gestionar la baja laboral, repasar de un vistazo la disponibilidad del equipo y determinar si quizás sea necesario introducir un refuerzo adicional en ese departamento.

 

Además, todos los partes médicos que la empresa vaya recibiendo a lo largo de la baja laboral del empleado se irán quedando guardados en la nube. De este modo, siempre que los necesitemos podremos encontrarlos y consultarlos fácilmente.

 

En especial en empresas medianas y grandes en las que puede haber varios empleados enfermos a la vez, resulta muy útil utilizar una solución digital que facilite la gestión de las bajas.

 

¿Cuánto dura una baja laboral por depresión?

 

La legislación española establece que un trabajador puede permanecer de baja por depresión un máximo de doce meses. El médico o la mutua, si consideran que hay causas que lo justifican, pueden ampliarla seis meses más.

 

Si después de 18 meses el trabajador no estuviera recuperado, su caso sería remitido a un Tribunal Médico que podría concederle una incapacidad permanente o darle el alta y hacer que se incorpore a su puesto de forma inmediata.

 

 

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¿Qué cantidad económica percibe un trabajador con baja por depresión?

 

Las bajas laborales por depresión en base a contingencias comunes tienen el mismo tratamiento salarial que una baja médica concedida por cualquier otro tipo de patología.  Es decir, en el momento en el que se confirma la baja, el trabajador deja de percibir el salario que le paga la empresa y pasa a cobrar una prestación por incapacidad temporal de enfermedad común.

 

La cantidad que cobra está determinada por la Seguridad Social de la siguiente manera:

 

  •   Los tres primeros días de baja por contingencias comunes no se cobra nada.
  •   Entre el día 4 y el 20, ambos incluidos, se percibe el 60% de la base reguladora.
  •   A partir del día 21 el trabajador cobra el 75% de la base reguladora.

 

En el caso de que el convenio colectivo contemple alguna mejora, el trabajador podría llegar a recibir una cantidad superior.

 

Cuando el motivo de la baja laboral por depresión es por contingencias profesionales y es la mutua la que tramita la incapacidad, la retribución será la que corresponde a las bajas laborales y no a las de enfermedad común. Por lo tanto, el trabajador comenzará a cobrar el 75% de la base reguladora al día siguiente de obtener la baja.

 

Sobre quién abona la prestación por incapacidad temporal, hay que tener en cuenta que el pagador va cambiando a lo largo del tiempo:

 

  •   Entre el día 4 y 15 el pago de la baja le corresponde al empresario.
  •   A partir del día 16 se hace cargo el INSS o la mutua.

 

Y en el caso de un trabajador por cuenta propia en el que no hay una empresa de por medio, siempre será la mutua o la entidad gestora la que abone la prestación.

 

Obligaciones de un trabajador con baja por depresión

 

La principal obligación del trabajador durante su baja por depresión es, en primer lugar, comunicarlo a la empresa y, después, presentar los partes de baja que vaya recibiendo del médico. En bajas de corta duración tendrá 24 horas para entregar el parte y si ésta se prolonga, el plazo se amplía a tres días.

 

Además de esto, el trabajador solo tiene que seguir el tratamiento prescrito por el médico y acudir a las revisiones para recuperarse lo antes posible. Por lo tanto, no está obligado a contestar llamadas o responder mails de carácter laboral.

 

Durante el tiempo que esté de baja, el profesional podrá hacer todo aquello que el médico le autorice y que no sea incompatible con su estado de salud y su proceso de recuperación. Por ejemplo: podrá viajar si se estima que puede ser beneficios para su salud y no agrava su enfermedad. 

 

 

¿Puede la empresa despedir al trabajador estando de baja por depresión?

 

Sí, la empresa puede despedir a un trabajador estando de baja por depresión. Eso sí, el cese solo estará justificado si ese no es el motivo de éste. La empresa no puede despedir a un trabajador por el simple hecho de estar de baja por depresión. Se trataría de una situación discriminatoria y se consideraría despido improcedente o nulo en caso de ser impugnado.

 

En cualquier caso, cada situación es diferente y existen sentencias que han fallado tanto a favor de la empresa como del trabajador. Por lo tanto, deberá ser un juez el que decida si el despido es procedente o improcedente analizando los hechos.

 

Obligaciones de la empresa ante un empleado con baja por depresión

 

La empresa deberá notificar a la mutua o entidad gestora la baja del empleado en un plazo máximo de tres días tras haber recibido el parte médico. Y así lo hará con cada uno de los partes que reciba mientras dure la ausencia del trabajador.

 

Adicionalmente, en los en los que la baja sea por contingencias profesionales la empresa tiene la obligación de notificarlo cumplimentando un parte de enfermedad profesional en un plazo de cinco días.

 

También tiene la obligación de seguir pagando al trabajador durante su baja médica a no ser que su contrato finalice en el transcurso de esta o que pase a ser responsabilidad de la mutua o el INSS.

 

Y, por último, la organización deberá conservar el puesto del trabajador, para que este se pueda incorporar en el momento en el que reciba el alta médica.

 

 

 

¿Cómo puede una empresa identificar una baja por depresión?

 

La depresión es un problema común en el entorno de trabajo y que produce grandes tasas de absentismo laboral y pérdidas económicas dentro de las empresas. Familiarizarse con los síntomas y establecer protocolos para poder detectarla a tiempo, permite afrontar la situación de manera eficaz y ayudar al trabajador que pueda estar padeciendo esta enfermedad.

 

Algunas de las señales de alerta:

 

  •   Caída de la productividad.
  •   Cometer más errores de lo habitual.
  •   Aumento del número de ausencias.
  •   Falta de cuidado personal.
  •   Problemas de memoria o de concentración.
  •   Irritabilidad o mal humor.
  •   Episodios de llanto.
  •   Aislamiento.

 

Utilizar una solución digital de encuestas de clima laboral o realizar evaluaciones de desempeño y sesiones de feedback periódicas ayudan a detectar este tipo de problemas dentro de la organización.

 

Si la situación se prolonga, ésta debe actuar con rapidez para conocer la  situación del empleado y ofrecerle el apoyo que necesite. Es importante que el trabajador se sienta arropado y que sepa que cuenta la organización para su pronta recuperación.

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